Hoy
es el quinto cumpleaños de este blog y por tanto, también mío. Fue todo un reto
pendiente que tenía el crear uno, y como bien sabéis, el que viniera un niño a
la consulta y dijera esa frase, fue el chupinazo que me hizo decidirme a su
creación, pues ya tenía lema o título del mismo.
Siento
no poder hacer una celebración por todo lo alto como este blog y los lectores
os merecéis, pero ando en la recta final de mi tesis doctoral. Ello está
consumiendo todos mis recursos, energías y tiempo, por lo que tengo al blog y a
vosotros un poco en barbecho.
Prometo
que tras la lectura de la Tesis, os dedicaré tiempo y energías compensatorias
como suele suceder a todos los barbechos. Este descanso puede que de energías
renovadas y sobre todo, nuevas ideas e inciativas.
Una
promesa se debe cumplir. Si Dios lo quiere y un poco de vuestro aliento y
comentarios me apoyan, a la vuelta de la esquina, nos reactivamos todos.
Saludos
a millares para todos y gracias por estar ahí.
Manuel M. Ortega Marlasca
10/10/15