Se
puede encuadrar en esta categoría de la
humanidad a ese nutrido grupo de personas que se caracterizan por la queja perpetua por la nefasta situación
en la que nos encontramos los médicos, y los de familia en estado superlativo.
Pero lejos de actuar, toman su razón de ser en la inactividad y en la retahíla
continua de queja, pena, resentimiento, desazón y apenumbrar perpetuo.

Hacen
de la queja y de la inactividad su
razón de ser y esta combinación perfecta es lo que los hace más lesivos para
todos. Son un lastre y una rémora perpetua con la que debemos de transcurrir en
nuestro viaje.
Pero
uno de sus mayores peligros es la facilidad
con la que se extienden y fagocitan los pequeños focos de actividad, además
de su gran capacidad de extenderse. Se postula incluso que dentro de su
fisiopatología haya una posible etiología de base viral o incluso priónica.
Puede que incluso ya haya personas genéticamente predispuestas a los que tan
solo una mínima “carga viral quejumbrosa” ya les induzca al cataclismo
emocional que les decanta por un buen Queja-Sapiens. En ellos se ha podido
aislar una sustancia que es la que induce la expresividad del cuadro: la Quejumbrina Perpetuis.
Pero
no vamos a abogar por ser postulantes también de su fisiopatología con este
artículo, sino que vamos a contrarrestar su incidencia con buenos y demostrados
tratamientos. Son todos ellos de fácil y de muy económico acceso, llegando
incluso casi a la categoría de medicamento básico para sanitarios en general,
médicos en particular y médicos de familia en especial. La pertenencia a
colectivos de liderazgo ejerciente y operativo es su tratamiento y su perfecta
profilaxis, pues su efecto letal y anulador sobre la Quejumbrina ha sido más
que constatado en recientes investigaciones llevadas por las asociaciones Basta Ya a nivel autonómico y nacional.
Así
que si te analizas como afectado por esta nueva entidad nosológica o te
identificas como un Queja-Sapiens en toda regla, y deseas poner fin a todo ese sufrimiento endógeno, puedes ponerte en
contacto con tu asociación Basta Ya más próxima, crearla si no la tienes cerca
o bien luchar en tu Colegio Profesional para tomar la iniciativa de poder
actuar de forma efectiva, mantenida, decidida y operativa frente a nuestra
nefasta situación…
Mejorar
es posible, deseable, digno de lucharse y sobre todo, digno de tenerse en
cuenta en nuestra labor diaria…
Dr. Manuel M. Ortega Marlasca
17 de febrero de 2019