No creo
que sea algo que tan solo a mi me ocurra; será más bien, algo generalizado en
mis colegas médicos, y si me apuras, más en los médicos de familia. ¿Acaso no
se os viene a la cabeza algún acontecimiento de vuestra infancia con algo que
os cuentan en la consulta?. Alguna peripecia, hazaña o imagen del pasado que es
casi calcado con lo que te describen o visualizas en esos momentos. Es curioso,
pero algunas circunstancias te lo desencadenan.
Y es
que en estos días, y “gracias” a la ausencia de sustitutos(1), los pacientes cambian de su
médico de familia habitual y son temporalmente atendidos por el resto del
equipo, con lo que tienes la “suerte” de ver otras realidades distintas a las
tuyas habituales. Son vivencias distintas...
A raíz
de un intento de un paciente de realizar una “mentirijilla banal” con su
adicción al alcohol, me ha surgido un acontecimiento que se podría ver a diario
en los tabancos y bares.
Desde
hace años es algo que ya no veo; en parte por mi gran disminución en salidas y
contacto con el ambiente noctámbulo y también por la disminución en este tipo
de locales (me refiero a los tabancos).
Antes
se atendían sobre todo a mujeres en un lateral del tabanco con una puerta
separada (pero interconectada con el resto del local). En ella era por donde se
despachaban los vinos a granel tan solo. En el resto de la barra y del local
eran copas y bebidas al detalle(2).
El
cliente tipo era una señora de mediana edad que acudía con su propia botella.
Era generalmente portadora de la clásica media-botella (unos 400 cc de máximo)
que solicitaba se la llenaran de “vino fino fresquito para el guiso”.
Generalmente incluso a veces llevaba asociada la coletilla de: “...rapidito que
tengo la comida puesta...”.
A poco
que el lector razone, no es muy lógico solicitar vino a baja temperatura para
luego usarlo en la olla. Más bien, su indicación y uso es más para el gaznate
que para el acero. Y es que antes había mucho alcoholismo encubierto y mucha
cirrosis que daba la cara al exterior en forma de “hepatitis muy mala”.
Ahora,
y a poco que uno trasnoche, vemos como los mal llamados “botellódromos” y los
bares de copas se llenan de juventud, y se deleitan con grandes cantidades de
bebidas alcohólicas de alta graduación a muy bajas temperaturas. Con
frecuencia, me ha llamado la atención ver como las reuniones son solo de
mujeres y no únicamente por despedidas de soltera.
Y es
que parece que ya no hace falta argumentar una mentira socialmente bienvista
como antes para consumir alcohol. Ya se hace en público y hasta si se puede con
testigos y público, incluso....
En Jerez de la Frontera, 23 de julio de 2014.
BIBLIOGRAFIA
1.
Matas Aguilera V. Los
médicos de Atención Primaria no hacen milagros [Internet]. Red. Médica. 2014 [cited 2014 Jul
23]. Available from:
http://www.redaccionmedica.com/opinion/los-medicos-de-atencion-primaria-no-hacen-milagros-6991
2.
Reabre en Jerez el mítico tabanco “La Pandilla” de la calle
Valientes | Cosas De Comé [Internet]. [cited 2014 Jul
23]. Available from:
http://www.cosasdecome.es/sin-categora/reabre-en-jerez-el-mitico-tabanco-la-pandilla-de-la-calle-valientes/
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