Entraba uno de mis parroquianos a consulta, cuando me dio un
ataque de tos: nada anormal, créanme.
A él, que venía por lo mismo, me preguntó si también estaba
“malito”, a lo que le conteste, que no era de morir, pero en la época que
estábamos, el que no estaba resfriado al menos, era porque no quería.
Al poco tiempo me dio otro golpe de tos y ambos nos reímos,
pues en la sala de espera, se escuchaba toda una banda sinfónica de toses,
estornudos y soniquetes de trompetas nasales.
La conclusión que llegó era que tenía lo que los pacientes
me traían a la consulta. A ello le contesté con una frase: Luis, si mis
pacientes trajeran jamones en vez de virus, me iría mejor la cosa….
¿Alguien es capaz de discutirlo?
Dr. Manuel M. Ortega Marlasca.
31 de enero de 2015
PD: la foto no es de jamón....
¿alguien sabe de que es?
La foto parece pescado, ¿ventresca de atún?
ResponderEliminarPleno al 15 Aurelio ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
EliminarEs ventresca, mejor dicho y propiamente del ronqueo, es el inicio del tarantelo.....Felicidades y gracias ¡¡¡¡¡¡¡
EliminarMelba??
ResponderEliminarAcertó Aurelio......Gracias Iñaki
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