Suena raro…pero es la pura y compactada realidad. Fue
jocosamente así. Todo tiene su explicación, argumentación y razonamiento.
Acudió un paciente como vulgarmente se dice: de urgencias. De
entrada, creo que se debería de evitar este término y decir SIN CITA, que es
como realmente se debería denominar, pues menospreciamos el valor real de la
palabra urgencia. Generalmente, se trata únicamente de prisas que tienen la
gente y nula capacidad ni implicaciones personales en valorar lo que no puede
esperar de forma lógica. A ello se debe añadir la demora cada vez mayor en las
citas, pues más del 20% de las citas no son finalmente utilizadas por los
pacientes y el cupo de pacientes que se me adscriben es mayor.
Pues acudió este paciente mío desde hace años de urgencias
con prisas y sin mucha explicación razonada a las mismas. Se rodeaba de un gran
componente de remordimiento y culpa solicitando los resultados de su analítica
de hacía una semana, pues tuvo recientemente un “susto” y desde entonces se
vincula muy bien con su diabetes y hace su régimen de vida en condiciones y no
como hasta el “susto” hacía. Ya dejó incluso de fumar sus porros y de hacer
otras cosas que llevo años insistiendo que no haga…
Revisando otra serie de cuestiones y tras intentar relajarlo
y que reflexionara por sus presiones con tantas prisas, comprobé que debía de
ir a ser valorado por mis colegas oftalmólogos, por lo que aproveché para
hacerles su oportuna solicitud de cita. Con tantas prisas, preguntas
intercaladas y peripecias variadas, mi presbicia y coordinación jugó tan mala
pasada, que terminé clicando en el ordenador OBSTETRICIA en vez de
OFTALMOLOGIA, que en el menú desplegable va inmediatamente superior.
A los minutos de su salida en consulta me vino a buscar una
administrativa algo ruborizada al ver el destino final del paciente. Se trataba
de un jocoso error y debía de cambiar la especialidad de destino, bien pensaba
ella. Le pedí que regresara el paciente a la consulta y le dijera sin tapujos
lo que había ocurrido.
De vuelta a la consulta le di mis felicitaciones al paciente
por su estado feliz de gestación y nos reímos de lo acontecido, participando la
mismo de los malos resultados que las prisas infundadas tienen en nuestro día a
día, así como el hecho de nuestra terrible humanidad de la medicina en la que
un error puede acontecer con mayor probabilidad cuando se nos presiona.
Todo ello me recuerda a lo que en su día tuve que sufrir con
mi derivación indebida a oncología en mi pasado post.
Es que las prisas y las presiones no son buenas compañeras
de jornada…
Como siempre Maky divertida anécdota y total apoyo a tus afirmaciones sobre los PACIENTES sin cita, que no urgentes..
ResponderEliminarAbrazos
Oleeeee......SIN CITA PREVIA ! NO URGENCIAS ! Somos el CAJERO AUTOMÁTICO DE LA SANIDAD !
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