Ya sé que impresiona el título, pero lo he creado con toda
la intencionalidad. Podéis estar tranquilos sobre mi estado de salud, pues
parece que toda mi maquinaria funciona bien, todo lo contrario que al Servicio
Andaluz de Salud. Os lo paso a contar de
forma ordenada y demostrada.
El pasado día 23/8/2016 se ha convertido en un día
memorable. Todo comenzó con las prisas y los problemas motivados de pasar la
consulta habitual de los pacientes de mi cupo, a los que les sumamos los de una
compañera de vacaciones: en total más de 3000 pacientes. Añadamos a ello las
inserciones de citas extras de pacientes que se les da cita con demoras de 4-5
días tanto de mi cupo como los de mi colega, a los que mal se les denomina como
urgencias. Todo ello induce a que todo sea urgente a petición y presiones de no
pocos “usuarios del sistema”, sin coto alguno a sus más peregrinas peticiones….Esto
ya da para unos cuantos posts….
Incidencias, peripecias, presiones, intentos de ver gente
sin cita, “poyaques” de los más variopintos y pacientes que acuden en condiciones
a la consulta rellenaron la mañana. La guinda fue finalizando la misma, un
paciente anciano con más de 12 problemas de salud que su hijo se lo trajo desde
Madrid a vivir con él, pues ya no tenía apoyos en la población de origen y su
padre no poder valerse por si mismo. A ello, se le añadía a él no pocos
problemas personales, familiares, laborales y sociales que hacían tener que
destinarle más de media hora, que se sumaba a otra media hora de demora que
arrastraba ya.
Podéis haceros una idea que empezaba ya a tener las baterías
casi en reserva, cuando me comentan otra incidencia de otros pacientes míos, a
lo que tuve que dar una versión muy distinta de la que en fechas recientes
dieron en administración del centro.
Vamos, todo el día de asistencia y sobre todo, gestiones de
lo más diversas, a lo que añadir la exasperante lentitud de nuestro programa
Canaya…
El remate de todo fue recibir la llamada nerviosa y
preocupada de Ely (mi esposa) tras recibir mi hijo en el teléfono de casa a las
9.45 h. una citación a mi nombre en el Servicio de Oncología de nuestro
hospital de referencia. Podéis haceros una idea de la situación: ella muy
agobiada y dudando si le escondía algo y yo ya agotado y casi sin posibilidad
de respuesta.
A las horas que llegaba a casa, no daba cancha para llamar a
la persona que dio la citación desde el hospital y en mi centro de salud, nadie
sabía nada, pues comprobamos que el origen de la citación era del hospital.
Al día siguiente, y resumiendo, se pudo constatar el error y
pude hablar (después de no pocos intentos de contacto) con la persona que
emitió la citación. Me argumentaba que había menos personal dedicado al tema de
citaciones por tema de los recortes de presupuesto (sin sustitutos de
vacaciones) debían de hacer las cosas con mayor presión y prisas, lo cual
originaban errores como el que me aconteció a mi. Al final, en vez de poner el
nombre de una de mis pacientes (que también venía a nuestra tierra desde
Cataluña), me puso a mi al ser su médico de familia.
Menos mal que lo aclaré y mi cita se la dieron a ella, que
por desgracia, más falta le hace a ella…
Ya sé que es solo un hecho puntual, pero denota más de lo
que muchos venimos protestando.
NO SE PUEDE DAR UNA MÍNIMA CALIDAD ASISTENCIAL POR PARTE DE LOS
EMPLEADOS PÚBLICOS CON ESTA SITUACIÓN DE TRABAJO TAN DESFAVORABLE Y QUE TANTO
NOS REPERCUTE A TODOS…..
26/8/2016
Me alegro que estés sano y otro verano hemos sobrevivido. En espera de los paramédicos jajaja. Robots que pasen la consulta en nuestra ausencia o
ResponderEliminargracias Carmen ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
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